Director de Fabricación de Implantes Activos en BIOTRONIK

Director de fabricación de implantes activos en BIOTRONIK

Frank (empleado de BIOTRONIK desde 2008)


Después de más de 10 años en el negocio de productos de consumidores, era hora de buscar algo que fuera más importante y gratificante para mí. Soy ingeniero mecánico de profesión y había trabajado para una empresa estadounidense tanto en Alemania como en Estados Unidos en varios puestos de gestión relacionados con la fabricación.

Aprovechaba las ventajas y beneficios de una multinacional pública. Sin embargo, también vi la otra cara de la moneda. Un entorno enfocado en los plazos cortos y basado en los informes trimestrales venía dictado cada vez más por el frenesí de los recortes para impulsar las cotizaciones bursátiles y, de este modo, aumentar el valor para los accionistas.

Aun así, para pasar de una empresa de más de 100 000 empleados a una empresa mediana de propiedad familiar, debía sopesar seriamente los pros y los contras. ¿Cómo iban a ser los desafíos en una empresa como BIOTRONIK? ¿Cómo iba a ser la cultura empresarial? ¿De qué manera trabajan en equipo los empleados de BIOTRONIK? No tenía ni idea.

Después de la primera entrevista y una detallada visita por la fábrica, obtuve una visión más clara de los productos y los respectivos procesos de fabricación de BIOTRONIK. Mis compañeros de la entrevista me proporcionaron una idea general de cómo los pacientes confiaban en la tecnología, la calidad y las características de los productos que favorecen una vida más sana y feliz.

Me impresionaron mucho las tecnologías aplicadas y la labor de I+D, que servía de puente entre las tecnologías mecánicas y electrónicas por un lado, y la biología y la medicina por el otro. La idea de contribuir en el crecimiento de BIOTRONIK era igualmente emocionante, ya que, durante años, había estado demasiado acostumbrado a la idea contraria (los recortes).

Entonces, ¿por qué seguía dudando si dar el paso? Debía conocer mejor quién era de verdad esta gente de BIOTRONIK, cuál era su pasión, qué le motivaba y cómo trabajaba en equipo y como organización. En una segunda entrevista, formulé esta pregunta a mis compañeros.

Mi futuro supervisor reaccionó rápidamente. «¿Quiere conocer a la gente con la que trabajaría? Sin problema, pásese esta tarde y le presentaré a todo el equipo». Así fue cómo conocí a las personas con las que hoy disfruto tanto trabajando. Bueno, eso fue lo que lo hizo posible.

Durante la charla que tuvimos esa tarde, crucial para tomar mi decisión, vi que estos empleados representaban la cultura y el comportamiento que yo buscaba: fuertemente comprometidos, abiertos, innovadores, entusiasmados y orgullosos de lo que hacían y de que su trabajo ayudara a mejorar la vida de los demás.

Yo también quería formar parte de esa organización. De eso no me cabía duda.