El corazón humano
El corazón: el motor de la vida
El sistema circulatorio transporta el oxígeno vital, agua, nutrientes y hormonas a través de nuestro cuerpo. Nuestro «motor» —el corazón— mantiene este sistema en funcionamiento. Este músculo es del tamaño de un puño, pesa 300 gramos y se encuentra en el centro del pecho, ligeramente a la izquierda, protegido por el esternón y las costillas. En un minuto, el corazón bombea toda nuestra sangre por todo el cuerpo con contracciones rítmicas. Durante toda nuestra vida, el corazón late tres mil millones de veces y transporta 250 millones de litros de sangre, un rendimiento sorprendente con el que ningún otro motor puede competir.
Dos sistemas circulatorios independientes
El corazón tiene dos mitades que laten al mismo ritmo. Cada mitad se divide en una cámara superior (las aurículas) y una cámara inferior (los ventrículos). Estos lados suministran dos sistemas circulatorios diferentes. El lado derecho lleva la sangre que es baja en oxígeno del cuerpo a la aurícula derecha y esta a los pulmones. Allí, la sangre intercambia oxígeno por dióxido de carbono. El lado izquierdo del corazón transporta sangre oxigenada desde los pulmones a la aurícula izquierda y de ahí al resto del cuerpo, incluidos la cabeza, los brazos y las piernas, entre otros órganos. Las válvulas que abren y cierran las cavidades del corazón regulan el flujo sanguíneo.
Las dos mitades del corazón difieren en tamaño, porque apoyan a sistemas circulatorios independientes. La mitad izquierda es más grande y está rodeada de una fuerte capa de músculo, ya que funciona con más fuerza al bombear la sangre oxigenada por todo el cuerpo.
El nodo sinusal establece el pulso
Los dos sonidos que se pueden escuchar con un estetoscopio conforman el latido del corazón. Uno de los sonidos —la fase de sístole— es la contracción de las cámaras del corazón y el bombeo de sangre en ambos sistemas circulatorios. Esto dura aproximadamente un tercio de segundo. La fase de diástole —el segundo sonido— es la contracción de las aurículas cuando las cámaras inferiores del corazón están vacías. Tiene una duración de aproximadamente dos tercios de segundo. Cuando las aurículas están llenas, las cámaras inferiores están vacías, y a la inversa.
El nodo sinusal, un plexo situado en la aurícula derecha, inicia las contracciones. A partir de ahí, el impulso se desplaza en las cámaras. Estas corrientes eléctricas se pueden ver con un electrocardiograma (ECG o EKG). El médico utiliza el ECG para evaluar si el corazón está sano y en correcto funcionamiento, además de ver si el paciente ha sufrido previamente un infarto de corazón.
El cerebro y el sistema nervioso controlan el corazón. Los impulsos eléctricos que crean el latido del corazón provienen de él. El corazón late siempre y cuando esté abastecido de oxígeno, aunque este se suministre externamente, por ejemplo, durante un trasplante de corazón.
Los marcapasos: encargados de corregir los ritmos irregulares del corazón
Los latidos cardíacos adicionales, llamados extrasístoles, no suelen necesitar tratamiento. Si el ritmo cardíaco es irregular constantemente, por ejemplo, si es demasiado lento o se detiene (enlace a bradicardia), un marcapasos puede funcionar como ayuda. Los marcapasos implantables se inventaron a finales de 1950 y los mejoran constantemente. Los dispositivos actuales son del tamaño de una moneda de dos euros y sus baterías duran años. Se insertan debajo de la clavícula o por encima del músculo pectoral y se conectan al corazón por medio de electrodos. El marcapasos supervisa la actividad del corazón y da impulsos eléctrico si el corazón se salta un latido o se ralentiza.
Los marcapasos modernos como los dispositivos BIOTRONIK con estimulación de circuito cerrado también son capaces de regular la frecuencia cardíaca durante el estrés físico o emocional. Los marcapasos ProMRI permiten que los pacientes se sometan de manera segura a exploraciones de imágenes por resonancia magnética ProMRI .